Inventario
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¡Has vuelto al presente!
El agua es, efectivamente, el gran secreto de Bajamar. Como quizás te has fijado a lo largo de este viaje, aparece en todos y cada uno de los momentos de su historia.
Bajamar ha sido un pueblo ligado siempre al agua. ¿Te has preocupado alguna vez el porqué de su nombre? Fue el agua dulce lo que hizo que guanches primero y conquistadores después se instalaran aquí. Cuentan que entonces el acceso a los manantiales de agua dulce del litoral sería posible sólo en los momentos que la marea bajaba, lo que pudo haber originado que la zona comenzara a ser conocida como ‘Baxamar’. Sus costas fueron utilizadas después como embarcadero y las gentes de otras poblaciones vecinas caminó durante kilómetros por veredas y senderos para buscar el agua de sus fuentes. Los lavaderos fueron también un lugar muy popular: se situaban en la plaza donde te encuentras y cada vez que se hacía la colada, Bajamar se transformaba en un barco, con sus velas de sábanas blancas hinchadas por los vientos alisios que traía el Atlántico.
El agua dulce permitió el desarrollo de grandes fincas agrícolas en las que trabajaron muchas generaciones de bajamareros. Y, al mismo tiempo, el agua salada de sus charcos y piscinas fue convirtiendo este pequeño pueblo en destino turístico miles de personas. Hasta que una gran tormenta puso fin a sus días dorados… ¿o quizás no?
Bajamar no mira únicamente hacia el pasado, sino también hacia el futuro. Ese mismo agua que ha marcado durante siglos su historia sigue estando aquí. Hoy, el agua llega más fácilmente hasta las casas mientras que sus charcos, su playa y sus piscinas siguen conservando el mismo encanto con aromas de Paraíso que atrae desde hace siglos a locales y extranjeros. El agua de Bajamar sigue fluyendo impulsada por las mareas y la fuerza de la gravedad montaña abajo. Como el fénix, Bajamar vuelve a renacer una y otra vez gracias al agua. Como la sangre que bombea el corazón humano, el agua baña las costas de Bajamar e inunda sus calles, creando una forma de vida única entre el mar y las montañas.
Y, sin saberlo, tú también has sido parte de ese ciclo. Al recorrer sus calles e historia, has seguido el camino del agua y te has convertido en parte de su presente y de su futuro.
Gracias por formar parte de la historia de Bajamar.
Ahora, disfruta de ella.